domingo, 29 de mayo de 2011

Peldaño único

        Siempre me he considerado una persona diferente. Llámalo ego o dime egocéntrico, tu verás. Soy diferente a todos vosotros: no comparto tus pensamientos, ni forma de ser, ni si quiera tus (a mi parecer) patéticas gracias. Me considero un escalón por encima de mucha gente, y a su vez, un escalón por debajo de otros tantos.

        Yo me hallo en mi propio peldaño, mirando a mi alrededor y negociando como hacerte feliz sin que se note todo aquello que me importa una mierda.


miércoles, 11 de mayo de 2011

Bis de nada

Yo solo me pierdo en mis complicados recursos lingüísticos. Me asfixio con palabras que apenas se balbucear y me ahogo en charcos de lágrimas imposibles de atravesar. En mi soledad me bloqueo con las arrugas de las sábanas cada mañana. Corto mis venas con las mismas miradas afiladas que me hunden día a día. Dedico una parcela de rebeldía a regalarte un clavel. Me siento pequeño e imperfecto ante tales preciosos pechos y no me atrevo a tocarlos. Resbalo por tu córnea y me deslizo por tu tobillo, donde prefiero coger otro camino. Espero al siguiente autobús bajo una lluvia de relámpagos y una tormenta de agua. Pago lo estipulado sólo por perderte de vista. Noto los pies empapados. Al final, acabo hablando de nadie, en ninguna dirección y sin un fin concreto. Espero que te haya gustado.



domingo, 8 de mayo de 2011

Paréntesis

Hoy me he despertado como se despertaría cualquier persona sabiendo que las próximas veinticuatro horas son las últimas de sus vacaciones. Ya imaginas, como el ambicioso buscatesoros que tras viajar a la Antártida lo único que ha visto son focas. Un tanto resignado, intentando buscar pros por todos lados. Ciertamente, aquellas cervezas me jodieron la semana santa y, por qué no, el año. 
Mañana volveré a mi rutina, de madrugar, desayunar, ir a la universidad... ¡Ah no! Olvidé que el mes que viene tengo exámenes. Me espera un bonito mes de coger el moreno ese blancuzco de la biblioteca, dejar las cervezas para las ocasiones especiales, salir tarde para volver pronto y un largo etcétera de recortes sociales. 
Estas vacaciones me han sabido a poco. Poquísimo ciertamente. Tenía tantos planes en mente... y acabé ahogándolos todos en vasos de plástico con hielos, ron barato y el refresco de turno. Quizás he abusado de bebidas espirituales estas últimas tres semanas en vez de querer divertirme.  Es una forma de verlo, ciertamente. 
Todos esos planes, ahora los tengo apuntados en un papel azul, tamaño din A4, en mi tablón de corcho. Planes que, si bien este año siento que no todo va según lo previsto, sé que el año que viene los tendré que cumplir sí o sí. Y no es que crea en religiones, ni leyendas, ni en viejos escritos de ningún tipo de astrólogos mayas, pero ¿y si es cierto? No me la quiero jugar.
Sé que poca gente lee esto, y lamento no poder daros otro poético texto, con sus metáforas y paralelismos, pero hoy me sentía realmente agobiado y necesitaba hacer un paréntesis. Gracias.



sábado, 7 de mayo de 2011

Alcoholvido

        Emborracharse para olvidar siempre ha sido considerada como una buena alternativa. El no plantarte por qué lo haces y terminar vomitando amarga bilis supone un precioso tópico asumido desde el principio. Igual que dar gracias a Dios (o a cualquier cosa en ese momento) por encontrar en tus bolsillos un pañuelo para limpiarte la cara y quizás las zapatillas de salpicones. Cualquier escalón acentúa tu derrota y tu aliento halitoso es lo segundo que peor huele, tras tu conciencia. Los cristales de tus gafas son la mejor pasarela para tus lágrimas, quitarte las zapatillas es un tremendo reto y respirar un suplicio. Todo por no pensar en aquello que querías olvidar, y que acabó siendo el protagonista en tu noche.