martes, 7 de junio de 2011

Viaje de ida

Esta vez me ha faltado determinación. No es una escusa, es una forma de decir el por qué no he podido ya que al final he dudado y... bueno sí, es una escusa. Una puta escusa barata. Me faltó eso que tantas veces me falta, el jugármela, el disparar sin preguntar. Confío tan poco (pero tan tan poco) en mi mismo que aun teniendo todo a favor me retraigo. Si le hubiera propuesto tomar algo, ella habría aceptado, incluso me aventuro a creer que tras su afirmación, me hubiera dicho "creía que no me lo ibas a decir nunca".

Rayos y centellas! Pa' lo que hemos quedado. Necesito un demonio que me pinche el culo para dar el paso adelante. Me refugié bajo la sombra del "no me quitaría el sueño" y ahora, con el sol atizando mis párpados no puedo dormir. Pretendo culpar a alguien, alguien que no tenga escrúpulos de decir cualquier mierda que pase por su cabeza. Alguien que me ha formado un caparazón de kryptonita bajo el que me siento aislado, protegido y seguro.

Dicen que el tren de las oportunidades pasa una vez y ya está. Yo creo que en la estación, si pierdes un tren, puedes pagar un extra (creo que el 10% del precio del tiquet) para poder viajar en el siguiente tren, de mismas características, claro. También aclarar que hay días en los que Renfe pone un servicio especial, que jamás vuelve a repetirse. Espero que el servicio de ayer fuera un ordinario...