Yo tengo mis problemas. Mis laberintos mentales. Mis kilos que debo cargar a la espalda. Mis chicles. Mis besos sin dar. Mis poemas con y sin destinatario. Mis ganas de vivir. Mi olor. Mis ilusiones. Mis amigos/as. Mis amores imposibles. Mis derechos y obligaciones. Mis bolígrafos. Mi música. Mis motivaciones. Mis metas. Mis respuestas. Mis ojos. Mi alegría y mi tristeza. Mis reflexiones. Mi sonrisa. Mi soledad y mi popularidad.
El problema es que no soy dueño de nada. Pero ese es mi problema.
domingo, 27 de febrero de 2011
Mío
martes, 22 de febrero de 2011
Perfecta y casual
sábado, 19 de febrero de 2011
Bala
Rápido como una jodida bala. Doloroso y frío. Una tarde de pasión por una semana de condena. Un dulce que resulta amargo tras unas paladeadas. Una melodía echada a perder por su uso repetido. Todo va y viene sin seguir un orden lógico, y viene y se va con la misma coherencia.
Seis son las sentencias que dictaminan lo que tu no sabes y derivan en un lógico caos. ¿Cuántas mas habrán de ser obligatorias para suavizar esta resaca? Supongo que un café y otro largo viaje, todo sea por seguirte la broma.
Una broma sin gracia ni compromiso, que continuo por lo poco que me cuesta y por suponer un elegante paseo. Un paseo hacia ningún sitio, sin oficio ni beneficio, todo hay que aclararlo, pero no una pérdida de tiempo. El tiempo es oro, dicen, el mío plata, y no me preocupa tener una unidad de medida menor, si le saco el mismo partido que una niña adolescente le saca a sus recién desarrolladas tetas.
Pésima comparación, gracias por el cumplido. Ni yo sé lo que quiero contar ni vosotros comprendéis nada, pero que me aspen si alguno venia buscando algo concreto. Odio tener que admitirlo, pero cada paseo desenfadado es una carpeta de situaciones susceptibles de ser descritas.
Hoy acabo con una frase de un poeta, con la que he soñado y ha sido lo primero que he pensado al abrir los ojos:
miércoles, 16 de febrero de 2011
Fingir
Es mentira que yo sea tan extrovertido. Como también es mentira que lo que dije lo dijera sin pensar. Mucho menos cierto es que me importe un pimiento todo, y ni por asomo lo es que no tenga tiempo para escucharte. El que tiene boca se equivoca, pero no se le llama "error" a la equivocación provocada. El eufemismo es otra forma de evitar decir la verdad, y por consiguiente, otra forma de mentir. No tengo por qué deciros la verdad, ninguno de vosotros me la ha pedido, ¿o si?
Mostrarme tal y como soy únicamente me ha traído problemas, entre ellos, no pasar desapercibido. No quiero ser la sombra de un árbol joven, pero tampoco vivir con dependencia y con "peros" en mi día a día. El perfecto equilibrio entre dar y recibir no es descriptible, sino una mera forma de robar la inspiración. "Todo marcha bien" decían a mi alrededor. Sabía que era mentira, pero dar explicaciones quizá sea más engorroso. No sé si lo que sentía era corbadía o valentía.
Solo supe que acabaría dándolo todo, y más tarde, escribiendo un poema resignado. No estoy triste, de hecho, me siento mejor que nunca. Caminar el borde del abismo tiene sus ventajas.
domingo, 13 de febrero de 2011
Poción
Volví a beber de ese sagrado cáliz, intentando recordar el dulce sabor del pasado. La receta que yo conocía nunca me había servido de nada, por lo que indagué y encontré una receta distinta. En la nueva receta se empleaban los mismos ingredientes, pero en distintas proporciones.
Cuidadosamente vertí "esencia de ayer" en una copa con hielos, intentando que no salpique. Dicen que si te cae en la piel o la ropa, cuesta mucho limpiarlo. Una parte similar en cantidad incorporé de "recuerdos". Cuando abrí el envase que los contenía, tuve que quitar una telilla que se había formado con el tiempo sobre el ingrediente, amargándolo. Esa telilla la dejé en otro bote, puede que para otra receta me sirva. Añadí aproximadamente el doble de cantidad de "expectativas". En la receta recuerdo haber leído "verter al gusto", y yo, efectivamente, en ese momento preferí echar en exceso. Apenas unas gotas de "sentimientos", tres como máximo. Mucho puede endulzar en exceso el mejunje y no estar bueno el resultado final. Y por último, rellené lo que faltaba con "tiempo". Según la receta, puedes emplear todo el "tiempo" que quieras, pero mucho acabaría quitándole el sabor y las propiedades a la bebida.
Con la bebida lista, me lavé las manos y la cara y apagué el televisor. Entonces, empecé bebiendo a sorbos, saboreando hasta el mas mínimo detalle, pero acabé bebiéndomelo de trago. Estaba tan bueno y su sensación era tan reconfortante, que me hice otro. El tercero lo hice con mucho menos cuidado, y ni te cuento el cuarto. Desperté al día siguiente en el suelo, con la cocina sucia, varios charcos de vómito, un vaso roto, algún que otro morado en el cuerpo y una resaca criminal.
A pesar de todo esto, lo peor no fueron ni los morados ni tener que limpiar, lo peor fue la tremenda sensación de vacío en el estómago y en el corazón que se te queda. Soñar con el dulce pasado te recuerda el duro presente, y juré que no volvería beber jamás de nuevo, pero se que cuando lleve mucho tiempo sin hacerlo, me volverá a picar la curiosidad.
Usted
Volveré de nuevo a bucear en su pasado. Imaginaré su bello rostro y lo describiré, siempre con los más bonitos versos, para mí propio uso y deleite. Acariciaré vuestra fina melena notando cada centímetro de mechón. Recordaré vuestra risa, inimitable y única, brotando de tal perfecta unión de dientes con mandíbula con sonrisa por nombre. Percibiré vuestra hermosura enfrascada en una mentira para abrirle los ojos de par en par. Relataré en sus memorias todo el dolor que soporté por conocerla y los pocos momentos de gloria que me dio su persona. Guardaré dentro de mí el vestigio del sentido del ridículo que tanto sudor frío me provocó. Y por lo que más la recordaré y odiaré toda mi vida, por no estar jamás cuando de verdad la necesité.
Cirkus
Podía haberlo hecho mejor. Ando a paso ligero por el lúgubre pasillo hasta llegar a mi camerino. Introduzco la llave y compruebo que me lo había dejado abierto. Ya dentro, cierro de un portazo. Los dos cuadros de payasos que tengo en la pared se tambalean, y cientos de gritos de ánimo y elogios dejan de escucharse. Cuelgo el sombrero de copa en el perchero. Se cae. Lo vuelvo a poner, esta vez con más mala gana. Mientras me quito el chaqué evito mirar al espejo. Él sabe lo que me ocurre y me atacará en cuanto tenga la más mínima oportunidad.
¿Por qué me ocurre esto a mi? Tantas veces me he preguntado esto que cada vez más acabo mirando hacia otro lado obviando mi propia pregunta e ignorándome. Cierto es que yo me lo busqué. También cierto es que la letra pequeña del contrato parece ir escribiéndose cada día. Me sangra un poco la pierna. En uno de los latigazos me he rozado la extremidad, menos mal que el público no lo ha notado. Ellos me ven a mi como un ser fuerte y sin miedo a jugarme el tipo ante un puñado de fieras salvajes. Como los envidio.
Ahora están los trapecistas haciendo su número estrella, oigo los "uys" del público. Esa pareja cada día trabaja mano a mano. Su victoria es hacerlo bien aquí, ante los atentos ojos de la gente que espera ver un arriesgado espectáculo. Yo, por el contrario, hacerlo bien en la jaula me importa un carajo. Soy incapaz de sorprenderme a mi mismo y esto es una derrota tras otra.
Llaman a la puerta:
-¿Quién es?
-Soy yo, Roger, que ya acabamos, sal aa hacer la reverencia ante el público, ¡corre!
-Enseguida voy.
Mientras me pongo de nuevo el chaqué, veo como el espejo me dice que me odia sin emplear una sola palabra. Él sabe lo que pienso de sus opiniones y sabe que me las tomo demasiado en serio. Quizás si él no me fustigara como lo hace día tras día, ahora mi trabajo sería mi pasión. Todo el mundo sueña con ser domador de tigres de bengala o de leones africanos. A mi ni el temor de que un día a un animal se le crucen los cables me inquieta lo más mínimo. He dejado de tener ilusión, y un hombre sin ilusión por nada es un mero trozo de carne. La única diferencia es que este trozo de carne lleva un sombrero de copa.
El minuto
Dedicaré doce segundos a comerme medio bollicao. Nueve a pensar en la mejor canción del mundo y escuchar cinco segundos de ella. Ocho a acariciar por última vez a mis perros. Diecisiete a abrazar a mi madre, a mi padre y a mi hermano. Cuatro a decirles que no lloren y que los quiero. Diez a llamar a mi mejor amigo para despedirme. Dos para romper mi último plato. Uno para dar mi último brinco. Otro para apretar fuertemente los puños enfrente de un espejo. Y el último segundo lo pasaré mirándome al mismo espejo y llorando, pero tú contarás que lo pasé queriéndote.
Tralarí, tralará
PREGUNTA-RESPUESTA!! RESPUESTA!! SI, RESPUESTA!!
pero este ruido no me deja escuchar
las indicaciones que me das"
Y ale, me voy a la mierda illo, que man nombrado rrpp.
Bienvenido seas...
... a este mundo de poesía en el que lo mas lúgubre resulta atractivo. Donde los conejos aterrorizan a los cuervos y la luna brilla mas que el sol. Bienvenido seas a la metaforización en dígitos de lo que algún día podré llamar "mi vida".
Cuando llegue ese día, tú no estarás presente. Lástima. Aprovecharé tu confianza y la disfrutaré mientras pueda, ya que hoy se que no, pero también se que por cada jornada que pasa, se acerca, con mayor o menor rapidez, el día en el que me arrepentiré de todo.
No hablo de ti, ni de ti tampoco. Ni por asomo de usted, y mucho menos de su persona. Que egocéntrico me parecería, por tu parte, claro. Pero, ¿qué pensar si no? Siglos de repetidas historias avalan la teoría...
Por la misma razón que deseo llevar a buen puerto todas las horas de mi reloj, deseo poder subvencionar culturalmente diez minutos semanales de todo aquel que así lo quiera.
Gracias y bienvenido seas.