Hacer el "bien", pese a la popular creencia de que si, no conlleva ningún tipo de grato beneficio y no obliga al cosmos a devolverte ese "bien". Del mismo modo que hacer el "mal" tampoco conlleva implícito recibir un castigo de algo o alguien extrasensorial, titiritero del universo.
Hay gente que vive de lo que roba y vive mejor de lo que muchos desearían. Gente que roba bancos, atraca gasolineras, arrebata la vida a inocentes personas y un largo etcétera de gente que toda su vida ha hecho el mal y ahora vive como un rey. Por otro lado, puedes pararte para ayudar a un anciano a cruzar la calle y ¡PLAF! Un camión te pasa por encima.
Ni el bien ni el mal es consecutivo, el karma es una broma que se derrumba con este planteamiento y los dioses caen de su perfecto cielo sin paracaídas. Pero aún sabiéndolo, el mundo seguirá girando motivado por la eterna contrariedad bien/mal y su consecutiva recompensa bien/mal. Esa consecutiva pantomima.