sábado, 18 de agosto de 2012

Creatividad (part. 1)

Estamos en crisis. Todos los días los medios de comunicación nos bombardean con esa palabra: crisis. Incluso las empresas se aprovechan de la situación para, haciendo un llamamiento a la buena onda y al optimismo, vendernos sus productos. Los mercados no perdonan ni una, nuestro presidente da palos de ciego cada semana, Europa nos aprieta cada vez mas, etc., y esa negatividad, tristemente, se pega como un chicle a la suela de unas zapatillas nuevas.

miércoles, 25 de julio de 2012

Rutinario

Hacía tanto tiempo que no escribía que casi se me olvida. Me he tomado un largo tiempo de descanso. Descanso o falta de tiempo, llámenlo como quieran.

Mi voz interior


Entre notas musicales, bombos cajas,
escaleras de color y el olor de un sostén que enseña;
silabas elementales, pétalos y navajas,
zánganos entre tantas rosas sin dueña.

sábado, 5 de mayo de 2012

Fecha de caducidad


Es capaz de hacerte tirar esa mermelada que hace 20 segundos te sabía buena. De obligarnos a rebuscar en los estantes del Carrefour para encontrar el producto menos perecederos. Hasta de hacernos temer por nuestra vida si nos pasamos doscientos kilómetros del cambio de aceite del coche. Amigos, eso es una fecha de caducidad.

miércoles, 18 de abril de 2012

¿Solo o acompañado?

¿Quién no disfruta de un espumoso café, a media mañana, en compañía alguien importante y aderezado con una interesante conversación? ¿O quién no es capaz de sentirse en una película de Richard Gere, por ejemplo, con palomitas y abrazos entrecortados? ¿Cuántos de vosotros veis un partido de fútbol infinitamente más a gusto rodeado de amigos y cerveza bien fría? O el mero hecho de que te acompañen al súper a comprar pilas para el mando a distancia, añade un plus que puede hacer de un acto de necesaria realización una pequeña aventura. Y todo esto porque el ser humano es un ser social.

¿Social? Si, social. Uno de tantos adjetivos que se encuentran ligados a las personas como seres vivos. Tiene más, como por ejemplo, inteligente. Son meras coletillas, palabras que describen lo que nadie puede poner en duda. Un ser humano dice qué es, cómo es, cuándo lo es, por qué lo es, dónde lo es y, por supuesto, quién es.  Y nosotros, como seres humanos que somos, lo aceptamos. Realmente y a priori, sería contraproducente que no lo aceptásemos, pero vaya, que es un asunto que hoy no nos interesa.


El ser humano es un ser social, si, pero ¿por qué? Tan sencillo como que toda la vida ha vivido en sociedad. Desde los antiguos homínidos que habitaban las cuevas de Altamira hace ya miles de años hasta la cruda actualidad que nos sonríe cada minuto que pasa. Necesitamos estar rodeados, necesitamos gente. No gente conocida, ni eso. ¿Habéis ido a una tienda de ropa en la que solamente estáis vosotros? Que incómodo.

Y es que, como bien dije hace tiempo, el ser humano es (añadiendo otro a los adjetivos antes nombrados) mediocre en su mayoría. De hecho, opino que el homo sapiens tal y como lo conocemos lo es. Una persona solitaria no tiene con quien compartir mediocridad y se ofende ante su persona. La búsqueda de compañía o la simple presencia de más gente es, tan solo, para ocultar su gris mediocridad bajo un manto de homogénea y gris mediocridad común.

Ya no el hecho se sentirse solitario en una tienda. Sería absurdo abstraer todo un planteamiento, tan ofensivo como este, a una superficie de veinticinco metros cuadrados de consumismo. En general, las personas buscan compañía por naturaleza. En cualquier contexto. Desde el sencillo ejemplo de una tienda de ropa hasta para compartir una vida. Se ha extendido tanto ese pensamiento y esa manera de vivir, que necesitamos alguien que nos entienda y comparta nuestra sencilla existencia.


Dándole la vuelta a la tortilla, un señor que vaya al bar sólo, a beber, se presupone borracho, deprimido, infeliz. Una mujer soltera a los 45 años una insoportable o golfa. Esto no son más que mecanismos ideados por los mediocres, para mediocres, con tal de echar tierra sobre el pensamiento individual que agujerea la capa de mediocridad de una sociedad estándar. Pero, ¿por qué?

"Nos hallamos en una sistema de valores en el que la conformidad individual depende de un colectivo, basándose en la mera comparación de situaciones y aspectos, tangibles o no, mediante unas 'unidades de medida' ingeniadas por nuestros ancestros, con las que medimos y comparamos para nuestro gozo o miseria".
  




        Este fragmento pertenece a un filósofo del que no diré el nombre, ya que lo desconozco. Pero describe a la perfección el triste pensamiento humano. La imposibilidad de vivir en soledad y cultivar el cerebro interiormente. Es como una planta que a los pocos meses de vida, deja de ser regada y muere, pero con el tiempo el tiesto en el que se encuentra su seco tallo se llena de malas hierbas que no necesitan agua para crecer.


sábado, 7 de abril de 2012

Lo que yo imaginé


Justo, tras el arbusto, inmenso gusto,
adulto busto, desnudo muslo, consulto y busco,
promiscuo insulto, en su celulosa esculpo.
En este asunto rindo culto al fuego oculto.
Rosado bulto, lenguaje abrupto en este encuentro juntos,
culpable y no presunto, regusto al punto,
conduzco sin luz por el surco de tu cuello,
reduzco y traduzco lo que pide el cabello.

¿Ella o yo? ¿Yo o él? ¿Está bien? Díganlo,
¿un harén? Mira no; entre cien su canción;
el vaivén de su olor, el desdén, condición,
¿quién nos ve? Muévete, enamórame con tu creación.
¿Qué se creen? Discreción, almacén, lametón,
felación fetén, muerte de placer, pasión;
en mi tren, pimentón, di amen pecador
y sin favor, quiero tu sostén, ¿tienes calor?

Creo que sí... hueles a sudor, romanticismo,
fresas, a coacción, erotismo. Abadesa de mi religión,
erección mecanismo, adicta confesa, infinita promesa,
imaginación o hiperrealismo.
Más que delirio  gozo infinito:
abismo color turquesa, diablesa de mi hedonismo, insisto,
quiero tu protagonismo, marquesa de mechas ígneas,
no digas nada, secretismo, en campo de bellas orquídeas.

Esto no es lo que yo imaginé,
otro texto, secuestro en este camastro, canapé;
estoy dispuesto, eh! Por ti yo apuesto y apostaré,
amor por el rap, ¿o qué crees?
Esto no es lo que yo imaginé,
otro texto, secuestro en este camastro, canapé;
estoy dispuesto, eh! Por ti aposté y no apostaré,
amor por una mujer, ¿no lo ves?

   


domingo, 1 de abril de 2012

Casualidad

Casualidad s. f.

1  Combinación de circunstancias que no se pueden prever ni evitar: ha ocurrido por casualidad; ¡qué casualidad encontrarte aquí!
2   Acontecimiento fortuito: llevar dos vestidos iguales ha sido una casualidad.


Esto es como la Real Academia de la Lengua Española define el término casualidad. Escrutando su contenido, creo totalmente prescindible la primera acepción, pero ellos sabrán. Un acontecimiento fortuito es una combinación de circunstancias que no se pueden prever.  Pero no vamos a entrar en la discusión de si la RAE hace bien o no su trabajo, eso me llevaría mas tiempo.

¿Creéis en las casualidades? Existe gente que cree en las casualidades y gente que no, podríamos hacer esa distinción. Siempre hay una explicación lógica si queremos desmenuzar una casualidad, eso es cierto. Y ahora bien, si podemos buscar la lógica a una casualidad, es que no es casualidad, ¿me explico?

Un visual ejemplo sería salir premiado en el "cuponazo" de la once. "¡Qué casualidad que me tocara a mi!", pensarían muchos. Ahora bien, otra persona puede venir con un lápiz, un folio y una calculadora y decirnos que de suerte nada, que realmente es un juego estadístico, dónde se tiene una oportunidad de ganar entre 15 millones, y que siguiendo la estadística pura, que es una ciencia, has salido ganador.

La vida en la tierra, con su perfección y equilibrio, debe ser casualidad que surgiera tal y como la conocemos -  según los últimos estudios la Tierra tiene en torno a 4500 millones de años, era cuestión de tiempo que la vida surgiera y la forma, la que mejor se adapta a estas condiciones. Con lo borracho que iba debió ser casualidad que no tuviera un accidente con el coche - no irías tan borracho. ¡Qué casualidad que hayamos sacado un 5,9 los dos en el mismo examen! - Habréis estudiado lo mismo. Y así podemos seguir hasta la saciedad.

Cuando nos topamos con alguien así no tenemos nada que responder. Realmente ahí nos callamos y bajamos la cabeza y, de cara a la galería, asumimos que no existen las casualidades. Digo de cara a la galería porque, aceptamos que ese razonamiento tiene lógica y el nuestro es casi de fantasía, pero en el fondo seguimos queriendo creer en las casualidades y toda la fantasía que le rodea.

Si hablamos de cualquier disciplina, cualquier tema relacionado con algo físico susceptible de ser estudiado, si que no hay cabida para la casualidad. Sin embargo hay una variable que si se escapa al entendimiento humano y no admite estudio ni análisis alguno: el mismo ser humano.

Si, la gente, las personas, los terrícolas. No es casualidad que te toque la loteria, es estadística; lo que si es casualidad es que entre tu y el lotero elegisteis un boleto concreto sin seguir ningún criterio lógico. La misma definición de la RAE lo deja ver de manera muy sutil con sus ejemplos, habiendo en dos de ellos personas involucradas.

Es agradable saber que el libre albedrío humano, incontrolable, es el mismo que retuerce las aristas de nuestro cuadriculado mundo. Podemos vaticinar cualquier hecho, teniendo en cuenta todo tipo de variables, haciendo de una complicación inmensa su cálculo, pero al final lograríamos nuestro pronóstico con 100% de probabilidades de acierto. Sin embargo, cuando un ser humano pasa a formar parte de las variables, el cómputo se torna imposible.

Y es que no se puede prever qué piensa nadie, en ningún momento y en ningún lugar, por lo que fue casualidad pura que coincidiéramos en el mismo lugar. Bendita.

viernes, 23 de marzo de 2012

La historia de cualquiera

Eran las 5:43 am de un sábado cualquiera. Tras la última copa en un bar a punto de cerrar, pagan y se van. El coche estaba dos calles mas allá. Él la lleva a su casa, en un pueblo a las afueras de la ciudad. Se dieron un beso en la mejilla. Él le acarició la barbilla a esa chica que acababa de conocer, ella desabrocha el cinturón de seguridad. El sol asomaba la cabeza. Cuando ella sale del coche exclama:

- Llámame al llegar a tu casa, ¿vale?
- Pero tardaré un rato, vivo lejos. ¿Vas a aguantar despierta? Duérmete y no te preocupes.
- No. Cuando llegues a tu casa me llamas, que yo estaré despierta, de verdad.
- Vaale. Pero para que te quedes mas tranquila, nada mas. Esta relación no la va a romper un hospital.
- Te tomo la palabra, no me mientas ¡eh! - dijo ella en tono bromista.

Tan solo habían pasado tres horas, como mucho, desde que se habían conocido, pero alcanzaron una gran complicidad. Como estaba planeado, él llegó a su casa, ya de día, y la llamó. Una conversación bastante escueta y típica, finalizada con un 'y tu' precedido de un 'que descanses'.

Años mas tarde, cuarenta y ocho para ser exactos, él contrajo cáncer de pulmón. Ese 27 de febrero esa pareja se hallaba en el hospital general de su ciudad. Ella arrodillada sosteniendo su mano. Él en la cama enchufado a decenas de cables. Él, con muchas complicaciones, logró encender su voz tras varios días sin hablar:

-¿Te acuerdas cuando nos conocimos?

Los ojos de ella se abrieron como platos y apretó mas fuerte su mano. Había perdido toda esperanza por escucharle hablar. Secó las lágrimas que le cayeron y contestó:

- Si, si me acuerdo. Como si fuera ayer.
- ¿Recuerdas que te dije que esta relación no la iba a romper un hospital?

Ella no podía hablar, tan solo mover su cabeza de arriba a abajo a modo de afirmación y aguantar sus ganas de llorar.

- Pues es la única mentira que te he dicho en la vida.

Ambos sonrieron mirándose a los ojos. Esa mirada contenía mas pasión de la que jamás habían sentido en su vida. Segundos después y poniendo fin a ese cruce de miradas, él murió. A las 18:24 aproximadamente. Los gritos reclamando ayuda y el botón para llamar a la enfermera resultaron inútiles. Al día siguiente fue el velatorio.

FIN


Y esta puede ser la historia de cualquier pareja del mundo, ¿no crees?

lunes, 19 de marzo de 2012

¿El poder del amor?

"Mi chico es el mejor: es guapo, listo, caballeroso... todo lo que yo quiero en un hombre". ¿Cuántas veces habré escuchado una frase así? Con muchos mas adjetivos descriptivos, todos buenos, como "es un chaval centrado", "es muy gracioso" o "me da el cariño que necesitaba". Y no sólo respecto al género masculino, nosotros somos incluso mas pijoteros con una frase bastante típica y romántica a su manera: "ella no es una guarra". Precioso.

Alguno pensará que él/ella nunca ha dicho nada así. Lo dudo. A pesar de ello guardo en la recamara una, digamos sentencia madre, que abarca a toda la humanidad a lo largo y ancho del planeta. Una expresión que todos hemos dicho o pensado, íntimamente ligada a un romance contemporáneo y por la que se deduce que es un amor de verdad: "él/ella no es como los/as demás".


De un grupo tan extenso como es los demás, se extrae un individuo de unas características únicas y que despuntan, que se cataloga aparte. ¡Qué bonito! Además, seguro que ese individuo también se ha arriesgado (aunque para él sería una clara afirmación) a decir que la otra persona también es diferente. Todo encaja en este rompecabezas que es la vida. Un ser diferente que no encuentra su hueco en esta sociedad, encuentra a otra persona en su misma situación y emprenden un romántico camino de jazmines.

Tristemente, ese camino no siempre lleva a buen puerto y mas temprano que tarde surge otra frase, muy bonita también, pero esta propiciada por el despecho, por la parte mala del corazón o por poner los pies en el suelo, quien sabe. Este eslogan me encanta: "Es como todos/as". Ahí es cuando, esa persona especial que tanto despuntaba y se diferenciaba del mero ganado que somos los que formamos el resto, pierde todo signo distintivo y vuelve al lugar del que una mente privilegiada y cegada por el amor la sacó. A su vez y como antes, la otra persona habrá exclamado (o pensado) algo muy similar, por lo que aquel tándem de amor y singularidad vuelve a su precedente estado de indiferencia y normalidad.


El poder de la mente es asombroso, ¿verdad? Aun a sabiendas de que no somos mas que un grano de arena en una playa con relación al mundo, y que tan solo somos conocedores de dos o tres granos de arena a nuestro alrededor, somos capaces de crear la idiosincrasia de un ser y alzarlo por encima de toda una generalidad.  Amor se le llama a ese superpoder, ¿os suena?

Quizá por eso el ser humano busca constantemente un estado de enamoramiento. O puede que ese sea el verdadero poder del amor, o uno de tantos que imagino que tiene. No lo sé. Lo que sabemos es lo que vemos, y en el cine nos han enseñado que el amor lo puede todo, ¿no?

domingo, 11 de marzo de 2012

Inciso

Hoy haré un inciso poetico para dar un par de noticias en lo referente a DedoAnular.

En primer lugar, agradecer a todos y cada uno de los que visitáis mi blog vuestro interés por ello. Yo escribo lo que escribo en parte por vosotros (si no, no lo publicaría) y me alegra recibir criticas y felicitaciones por cada entrada nueva.


En segundo lugar, he tenido un problema con el blog esta mañana y sin querer, la última entrada "mediocridad" la he fastidiado. No me ha quedado otra que borrarla y volver a subirla. Realmente eso no importa mucho, tan solo el cambio de fecha. Lo que si quería hacer es pedir disculpas a aquella persona que me dejó su opinión en un comentario y, lógicamente, ese comentario también ha sido eliminado.


Y en trecer y último lugar, vuelve "Querido diario". Quizá no todos sabéis de que trata, pero los que si lo conocían espero que se hayan alegrado. "Querido diario" es una novela on-line que comencé a escribir hace varios años y que dejé a medias. Ahora iré reformando cada capítulo y subiéndolo regularmente al blog. Para acceder a él tan solo teneis que pinchar en la imagen que esta en lo alto de la columna derecha.


Espero que os guste y espero vuestras opiniones. Muchas gracias y un saludo.

DedoAnular

Mediocridad

Vivimos inmersos en un mundo mediocre. Se respira mediocridad con cada bocanada de aire. Todo lo que poseo es mediocre, y me nombro yo por no herir la sensibilidad de ningún mediocre lector. Estoy rodeado de gente mediocre, por lo que mi mediocridad pasa inadvertida en este gran (y mediocre) mar gris.


El mediocre es un ser incapaz de usar su imaginación para concebir ningún tipo de ideal que le proponga un futuro por el que luchar. De ahí que forme parte del rebaño sin cuestionarse nada. El mediocre es dócil, maleable, ignorante, un ser vegetativo, carente de personalidad, contrario a la perfección y cómplice de los intereses que lo convierten en borrego. Vive según las conveniencias y no logra aprender a amar. Se torna vil y escéptico, cobarde. Jamás será un héroe, ni un genio, ni un santo.


Al mediocre le es imposible entender ideas contrarias a las que ya ha recibido por tradición y jamás llegará a comprender la relatividad esencial asociada a las ideas como tal. Otra peculiaridad del hombre mediocre es su lucha contra el idealismo alimentado por la envidia. Lucha por opacar desesperadamente toda acción noble, porque a pesar de su mediocridad, es consciente de que su existencia depende de que el idealista nunca sea reconocido.


Esta mediocre sociedad siente lo que le enseñan a sentir: ¿quién no ha regalado una gran y preciosa rosa al amor de su vida?¿Quién no ha comprado unos patucos o un babero (azul o rosa, depende) al hijo recién nacido de unos familiares o amigos?¿Quién no ha ido de pequeño a sentarse en las rodillas de un tipo disfrazado de Papá Noël en un centro comercial cualquiera?¿Quién no quiere encontrar un trabajo fijo para irse de viaje, comprarse una casa, formar una familia? Somos un mismo ejemplo 6,998,339,799 veces.



En el estudio de la astronomía existe el principio de mediocridad, que afirma que no existe nada intrínsecamente especial acerca de la Tierra, y por ende, tampoco en la raza humana. Este principio hace referencia a la vida extraterrestre principalmente. ¿Crees que los extraterrestres se enamoran como nosotros? ¿Tendrán los mismos sentimientos? No lo creo.


Esta mediocre sociedad siente lo que le enseñan a sentir: ¿quién no ha regalado una gran y preciosa rosa al amor de su vida? ¿Quién no ha comprado unos patucos o una babero (azul o rosa, depende) al hijo de unos familiares o amigos? ¿Quién no ha ido de pequeño a las rodillas de un tipo disfrazado de Papá Noël en un centro comercial cualquiera? ¿Quién no quiere encontrar un trabajo fijo para irse de viaje, comprarse una casa, tener hijos? Somos un mismo ejemplo 6,998,339,799 veces.


        ¿Quién es capaz de crear sus propios ideales y perseguirlos sin reparar en quien tiene que pisotear para alcanzarlos? ¿Quién es capaz de sentirse el centro del universo y se expide la licencia necesaria para ejercer su poder? ¿Quién mira el rebaño, a cientos de fanegas de distancia, recibiendo insultos de esas ovejas y a la vez llora por la desgracia que les ha tocado vivir? La respuesta es muy poca gente
                                                                  
Creo que esta es la filosofía a llevar en la vida, sobre todo cuando el gris de mis ojos no se distingue del gris de tu camiseta.

domingo, 19 de febrero de 2012

Un carnaval cualquiera


Se cree que existen entre 3000 y 5000 idiomas diferentes, de los cuales solamente 600 cuentan con más de 100000 hablantes,  cifra que se considera mínima para garantizar su supervivencia a medio plazo. Este último dato no era de oportuna necesidad, lo verdaderamente importante es que es de suponer que habrá, por lo menos, 600 maneras diferentes de llamar a la recién celebrada fiesta de carnaval.

La procedencia cristiana de dicho festejo no quita para que a lo ancho y largo del planeta se disfrute de esta bonita festividad. Quizá en otro día del calendario, con diferente nombre, con distinto significado cultural... pero con disfraces.  El fin o misión final es disfrazarse. Ya sea bajo la sobriedad del carnaval veneciano o con los exuberantes bailes brasileños. El fin, repito, es disfrazarse.


Porque ese día sale de cada uno lo que no puede salir el resto del año. ¿Quién se atreve a palpar culos a diestro y siniestro sin llevar la cara tapada, por ejemplo? Que es solamente uno de tantos, de tantas interioridades externalizadas por el anonimato. Con una máscara que te oculte el rostro se pierde el miedo al qué dirán, que al fin y al cabo es inseguridad, el primero de nuestros miedos y origen de todos los demás.

Esa noche nadie tiene que mentir inventándose una vida paralela con la meta de sorprender a alguien. Esa noche ser tu mismo es fascinante, puesto que es la mentira que mejor te sabes. Jamás volverás a hablar con esa guapa mosquetera con la que te sinceraste, ni te cruzarás con un Homer Simpson de algodón con el que compartiste un cubata al grito de "musho Beti!", y dudo mucho que te reconozca por la calle ninguna de las piezas de tetris que buscaban su formación a lo largo de la ciudad.


Y es que al final, a nadie le gusta mentir por mucho que todos los hagan y Carnaval es la fiesta idónea para decir la verdad que tanto cuesta expulsar bajo el cielo de un día cualquiera. El año que viene volveremos a buscar a esa mosquetera o a ese dibujo animado, tan solo para decirle que nos seguimos acordando de él, a modo de agradecimiento por haber aceptado nuestra verdad camuflada de mentira.

martes, 14 de febrero de 2012

San Valentín


¡Qué romántico es todo hoy! ¿A que si? Los bares tienen ofertas especiales para parejas y corazones en las cristaleras, las tiendas de chuminás aprovechan para llenar el escaparate de viejo espumillón de navidad y restos de temporada con formas de corazón o besos, las farmacias y sex shops hacen su agosto vendiendo condones y lubricantes, incluso telepizza te hace una pizza con forma de corazón por siete euros y pico. Lo que todos conocemos como día de San Valentin.

Aunque creamos que es una fiesta creada por los centros comerciales, su historia se remonta hasta el antiguo Imperio Romano, cuando el emperador Claudio II decidió prohibir los matrimonios para los jóvenes, afirmando que así aumentaría su rendimiento como soldados. Valentín, sacerdote que ejercía en aquella época y con gran reputación, empezó a celebrar matrimonios clandestinos. De ahí que San Valentín sea ahora el patrón de los enamorados.

Y ya sea por la acción de San Valentín en torno a siglo III o por la presión de publicidad y márquetin ejercida por las empresas, parece que hoy se respira amor, ¿no os lo parece? Abrid la ventana un poco si no lo notáis. Las parejas se cogen de la mano más y con más cariño que antes, ¿a que si? Y ponen ojitos y sonrisas juguetonas más a menudo, ¿veis? ¿Será porque ellos ven que tú no estás tan feliz y te quieren dar envidia? Claro, igual que tú ves sus expresiones de felicidad, ellos pueden ver tu cara de asco. Prefiero dudarlo.

"Si no fueran tan empalagosos yo no pondría cara de asco", pensarás (o lo hiciste), pero no. Tu también comprarías bombones caja roja si tuvieras alguien al quién regalárselo. Y a ti, amiga mía, te encantaría que te hicieran una sorpresa con velas, pétalos de rosa y cena encargada. Porque, a pesar de todo, lo que premia es ser feliz.

Y nos jode que alguien sea más feliz que nosotros. Mucho, además, porqué hoy todos ellos son más felices que tu y que yo. Ellos se atan cegados por la tradición comercial de San Valentín, pero a ti te jode. Hay 365 días al año (este 366)  para demostrar amor, y tiene que ser hoy, martes catorce de febrero de dos mil doce, el día que tu pareja se sienta única en el mundo. Pero durante el año no nos acordamos.

Los que no podemos disfrutar de un San Valentín con pareja nos inventamos cosas como San Solterín o Sin Valentín. Muy divertido. Como fiestas semáforo para pillar cacho con la excusa del día de los no-enamorados. ¡Anda ya! Nos pasamos la vida buscando evasivas al éxito ajeno. Si es rico y tu no: "el dinero no da la felicidad"; si tiene un cochazo superdeportivo: "¿para qué quiere un coche tan grande, si no puede pasar de 120 km/h?" y así sucesivamente.

Ahora, me voy a tirar tomates a las parejas de enamorados que pasen por debajo de mi ventana. ¡Feliz San Valentín a todos!



jueves, 9 de febrero de 2012

La cuadra del caballo


¿A que quieres seguir adelante y dejar atrás tu pasado? ¿De verdad? Esos tristes años de tu vida, que los célebres y álgidos momentos no compensan a los lúgubres y que ojalá a jamás hubieran tenido lugar. Quizá una mala reputación por algo que hiciste o que, en el mejor de los casos no, tampoco pretendo discutir. O ese individuo con el que tanto has compartido y que te acabó robando, ya sea algo material o intangible, el segundo duele más.
     
Borrón y cuenta nueva. Arrancar esa página, arrugarla con rabia y tirarla a la papelera desde varios metros, con la intención de hacer canasta. Puede que ese lanzamiento sea lo más divertido y reseñable que todas las palabras escritas en dicha celulosa. ¿Quién no ha pensado en viajar lejos? Ahí nadie te conoce, puedes empezar desde cero: labrarte una nueva reputación, conocer gente nueva que desconoce tus trapos sucios, no fiarte de la gente que se asimile (por lo menos físicamente) a tus antiguos tormentos, etc. Sería maravilloso.

                No volverías a cometer los errores que te hacen desear salir de este tugurio odioso. Esta vez no darías palos de ciego ni sufrirías ningún traspiés. Sabrías tanto de tu vida pasada que tu nueva vida (a la que llamaremos así provisionalmente) sería un liviano y divertido paseo sembrado de éxitos y alegrías.

Tan sencillo como irte lejos. Eres tan ruin que crees que tu vida depende de un emplazamiento físico. ¿De verdad pensaste un diferente relieve territorial crea en tu carácter un sistema nuevo, otro tú? Apostar por el caballo perdedor, así lo llamo. Y cambiando de cuadra a ese caballo no vas a lograr que corra más rápido.


jueves, 2 de febrero de 2012

Una sonrisa

       Está anocheciendo. Camino por una abarrotada calle llena de caras largas con prisa que miran su reloj cada pocos segundos. Una mujer amamanta a su hijo en la entrada del aparcamiento pidiendo unas monedas para poder vivir, un señor con barba y aspecto desaliñado toca el acordeón, con el mismo fin, frente a una pareja de enamorados que disfrutan de un café en la terraza de un bar y que le ignoran. Un grupo de preciosas púberes pierde su juventud comprando lencería sexy de baja calidad en un establecimiento chino, donde trabajan dos familias de inmigrantes. Un hombre con traje y perfecta perilla vocifera por su teléfono móvil lo bien que le va la vida, mientras otra mujer, esta invidente, vocifera que sólo le queda "el cartucho" para el sorteo de esta noche. Una señora mayor mira su monedero, pero no le llega para comprar un cupón si quiere cenar caliente esta semana. Tropieza con unos niños que juegan a pilla-pilla y que casi atropellan en un semáforo por cruzar sin mirar. El dueño del coche aprieta el claxon con todas sus fuerzas y grita insultos desde dentro. El del 6º b se despierta con el ruido, trabajó anoche y vuelve a entrar a las 12. Un joven en silla de ruedas lucha por subir el escalón que hay entre acera y calzada, hasta que otro joven con aspecto punk le ayuda y le otorga una sonrisa. Una chica rubia de aspecto nórdico carga con tres maletas y como puede llama a un taxi. Su contrato de trabajo expiró, tiene el vuelo a las 20:17 y llega tarde. En frente, en una vinoteca, un señor sin idea pregunta por el mejor vino de 60€, que por lo visto su jefe va a cenar a su casa esta noche. Un guapa chica me mira y me dedica una preciosa sonrisa que me pilla por sorpresa. A partir de aquí, todo lo demás deja de importar.

sábado, 28 de enero de 2012

En la ignorancia se vive mejor

Y tanto. A veces me encantaría ser un completo ignorante. ¿Y quién no? ¿Quién no lo ha pensado alguna vez? Dicen que los ignorantes son los más felices. Tan felices como los tontos. ¿A que más de una vez has pensado que siendo un tonto todo sería más sencillo? Yo sí.

Ojalá no hubiera sabido que me ponían los cuernos cuando me ocurrió, por ejemplo. Hubiera vivido en la inopia, pero feliz, como un tonto. Si no tuviera los conocimientos que tengo sobre economía, no sabría lo mal que está la situación económica española y afirmaría, como tanta gente que "la culpa es de los bancos que son unos ladrones".

Me encanta hablar con un ignorante, ¿no os pasa? Apreciar la sencillez de sus contestaciones, como encuentra una salida en línea recta en tu entramado de laberintos. Todo alcanza un grado de simplicidad tan complicado y   lioso que para ti, es un muro infranqueable.

Entonces, ¿quién es el ignorante? ¿Tú o él? ¿Tanto sabes tú y tan poco él? Es más, ¿tanto sabes que te postulas como no ignorante, erudito?

Sacad vuestras propias conclusiones. Un saludo.




domingo, 22 de enero de 2012

Un amor indescriptible


 - Ahora dime, ¿crees en el amor verdadero?
- ¿El amor verdadero? No te entiendo - contestó ella extrañada - ¿hay un amor no verdadero? ¿Imaginario, tal vez? ¿Creado científicamente?
Él rió por el sarcástico tono de la contestación de su amiga y rectificó:
- Evidentemente, el amor es siempre verdadero, pero yo me refiero a la expresión "el amor verdadero" - dijo recalcando las comillas con los dedos índice y corazón.
- Ah! Eso... no creo. Dudo de la existencia del amor mas allá de una glándula en nuestro organismo. Dudo de la existencia y veracidad del término "amor" - recalcó las comillas igual que su compañero, a modo de burla - ¿tú crees en el amor?
- Oh vaya, creí que me querías....
Unos interminables segundos de silencio impregnaron cada detalle de aquella sala. Cuando ella fue por fin a contestar, él la cortó alzando la voz:
- ¡Claro que creo en el amor! ¿Por qué no? Estoy enamorado de ti. Yo te quiero más que a mi vida misma. Sé que esto que siento es tan real y fuerte como puede ser un camión hormigonera. ¿Qué tienes que decir a eso?
- Nada. Nada en absoluto. Imagino que dentro de cien años una hormigonera cualquiera habrá sido reciclada y tu amor seguirá imperecedero. Tu amor o a lo que tu llamas amor, claro. No sabemos bien de lo que estamos hablando.
- ¿Lo que yo llamo amor? ¿De qué estamos hablando? Explícate.
- Si. No creo que lo que tu sientas por mi sea lo mismo que lo que yo siento por ti. Ni se asemeja a lo que siente tu padre por tu madre. Y ni de lejos tiene algo que ver con lo que sentía el Príncipe azul por la Cenicienta.
- ¿Y? ¿A dónde quieres llegar?
- A que utilizamos la palabra amor muy a la ligera. Hoy día, todo es amor. El amor por los animales, por tu abuela o por tu media naranja. Todo es amor. A todos se nos llena la boca de amor. El amor es precioso. ¿De verdad lo crees? ¿Crees que tu amor es tan bonito como dices? ¿Crees que tienes palabras para describirlo?
Él, ya un poco molesto, contestó:
-  Si quieres te lo repito. Mi amor por ti es lo más bonito que me ha pasado nunca jamás.
- Si, y no lo dudo. Seguro que me quieres mucho... Pero, ¿por qué? ¿Por qué me quieres? Mejor incluso, ¿por qué dices que me quieres?
- ¡Porque lo que siento por ti es amor! Esto es una conversación de besugos.
- No, para nada es de besugos. Ahora dime qué cojones es el amor. Venga, descríbemelo. Si tan claro lo tienes debe de resultarte facilísimo.
- Pues - dubitativo, dijo tartamudeando un poco - el amor es cuando no puedo vivir sin pensar en ti, porque te necesito y te quiero más que a nada y..
- No lo intentes - le interrumpió ella - no puedes describir un sentimiento. Es imposible que describas un sentimiento. Eso es lo más subjetivo del mundo y no existen palabras o combinaciones de ellas que lo describan. Eso que sientes tú y que no sabes ni por qué lo sientes,  ni cuanto tardarás en dejar de sentirlo, ni si quiera sabes si es bueno para ti. Todos sentimos amor, ¿de verdad crees que tu amor es igual que el mío? ¿Que es igual que el de ese tío de ahí fuera? Imposible. Entones, ¿por qué todos lo llamamos amor? Es imposible que lo que yo siento coincida, mínimamente con lo que él sienta. Vivimos en un mundo donde todos somos iguales, nos hacen iguales. La amplia gama de sentimientos que siento hacia ti, se resumen en "amor". Ese puñado de letras...
- Cuatro. Cuatro letras...
- Si, cuatro letras. Esas cuatro letras resumen cara a la sociedad el abanico de sensaciones y sentimientos que retengo y que han brotado de mí. De una manera que es imposible que nadie, repito nadie, puede generar igual. ¿Vale?
- ...
- De todos modos, y para que tú lo entiendas, te quiero.

*Texto basado en teorías de Friedrich Nietzsche, filósofo, poeta, músico y filológo alemán. Considerado uno de los pensadores modernos mas influyentes del siglo XIX.

martes, 17 de enero de 2012

El mejor cielo


Vivimos en un mundo que está sometido a los valores de bien y mal, exacerbándolos hasta la creación de un bien y mal supremos: cielo e infierno. La gran mayoría de religiones se basan en ese axioma y han minado en la cultura humana desde el principio de la razón. 

Según lo que se muestra y se concibe, el cielo es un lugar hecho de nubes, en el cielo y con una gran puerta en esa puerta se encuentra San Pedro. El infierno está, por contra, en el interior de la Tierra, y hay fuego, llamas y magma. Eso es todo lo que conocemos. ¿Qué hay dentro? 

Porque, siendo realistas, en un prado de nubes imagino que me divertiría un rato, quizá un par de días. ¿Luego qué? El infierno igual. Tanto fuego... ¿un alma siente calor? Todo es tan surrealista que me veo en la obligación de hacer mi propia apreciación sobre cielo e infierno.

El cielo, bajo mi humilde punto de vista, debería estar lleno de bares, sexo, fútbol, rock'n'roll, fiesta y buena programación en la tele. ¿Qué más puedes pedir? No habría que madrugar para trabajar, al contrario, la gente madrugaría encantada para ver una buena exhibición de fútbol. Nadie se iría a la cama después de un festival acojonante sin pillar con la persona más atractiva del local. Los bares abrirían las 24h del día, el camarero nunca te mandaría a tu casa por borracho y no habrían peleas. Para mí, eso debería ser el cielo.

El infierno, exactamente lo contrario al disfrute. La frustración de trabajar doce horas diarias, no habría tiempo para bares y estos solo venderían licor de manzana y cerveza 0,0. El fútbol sería aburrido y carecería de interés. Ver los días negros por mucho que salga el sol, por la depresión. Tener miedo a llegar a casa por no saber lo que te espera. Apenas recordar lo que era tener algo de lívido. No escuchar nada más que  Justines y Hannas Montanas... ¿Qué mas quedaría por sufrir?

Si alguien ha sido lo suficiente perspicaz, deducirá que mi cielo son básicamente los placeres personales de esta vida, y el infierno las desgracias y disgustos. Pero, ¿quién quiere vivir ahí? Ya sea en uno o en otro, perdería por completo la razón de ser, convirtiéndose en un mismo castigo. El trabajo no sería trabajo, la bebida dejaría de emborrachar, el fútbol carecería de espectáculo, el sexo sería un trámite más interpersonal.

El mejor cielo es el que vivimos. Por muy puta o dichosa que parezca, la vida es maravillosa. 

miércoles, 11 de enero de 2012

Pagliacci

A menudo me llaman mentiroso por no mostrarme tal y como soy. ¿Cómo soy? ¿Quién soy? ¿Quién eres tú? Tan cierto como que nadie lo sabe es que no descubro nada nuevo. Dentro de una sociedad de continuas grietas y comida rápida, lo único que nos queda es el momento. Efímero como una burbuja, que explota y desaparece para no volver. ¿Voy a lamentarme? No.

Rencores, pesadillas, temores, egoísmos, mentiras... toda sonrisa oculta un montón de basura, hedionda y pegajosa que no queremos mostrar. Nadie abre y revuelve su basura delante de los demás para mostrar si ayer cenó ensalada o si desayuna magdalenas. La diferencia es que los desechos del alma apestan más que los orgánicos.

Esto me recuerda a un chiste: Un hombre va al médico. Le cuenta que está deprimido. Le dice que la vida le parece dura y cruel. Dice que se siente muy solo en este mundo lleno de amenazas donde lo que nos espera es vago e incierto. El doctor le responde "el tratamiento es sencillo: el gran payaso Pagliacci se encuentra esta noche en la ciudad, vaya a verlo, eso lo animará". El hombre se echa a llorar y dice "Pero, doctor... yo soy Pagliacci".

Este payaso es un reflejo de la mentira que se vive hoy día. Una gran mentira que alimentamos mitificando sentimientos para luego banalizarlos. Por eso escribo.

Guiño a Rorschach, The Watchmen. Gran film.

viernes, 6 de enero de 2012

Lazadas y grilletes

Hacer y deshacer es lo que nos ha tocado vivir. Nos pasamos la vida subiendo a trenes de los que tarde o temprano tendremos que bajar. Nosotros mismos nos colocamos unos grilletes temporales que nos proporcionan entretenimiento, el entretenimiento de lidiar con ellos hasta deshacernos de los mismos.

Atarnos al mástil de ese barco para continuar el viaje es algo necesario para todos. Algo tienes que hacer en el transcurso de los días. Ese lazo que hagas de seda puede evolucionar en una oxidada cadena.

Pero al final, por muy placentero o pesado que haya resultado llevar esas ataduras, al final se rompen. Ese incómodo momento en el que pones los brazos en jarra y exclamas "¿y ahora qué?". Una vez se termine tu contrato de trabajo, se rompa tu pareja o una gran amistad, cambies de hogar, etc. El miedo de no saber qué hacer te invade, pero tienes que continuar y volver a empalmar tu vida con otro nudo.

Parece haber quedado claro que cada nudo temporal es una etapa de la vida, hecha metáfora. Igual que felizmente me embarqué en diversas etapas, he terminado arrastrando cadenas enormes con piedras. Esta entrada rompe por completo el pequeño atisbo de mentira que seguía manteniendo esos grilletes a mi tobillo. Este año he cargado muchos kilos sobre mi espalda que no me hacían ningún bien.

Ahora os invito a, por muy doloroso que sea y el miedo que da la, que rompáis esos grilletes y dejéis atrás las grandes rocas que tiran de vosotros. Suerte.


jueves, 5 de enero de 2012

Feliz año 2012

      

    Este año que entra, último en el calendario maya, lo pienso empezar por todo lo alto.

     Para empezar, he modificado el diseño del blog, haciéndolo mas atractivo visualmente. Actualizaré mas a menudo, trataré mas temas de interés e intentaré acompañar las entradas con imágenes. Incluiré el humor en mis entradas, pero sin aparcar el enfoque pesimista que os habéis acostumbrado a leer.

  Espero que los nuevos cambios os gusten y encontréis en este sitio un lugar en el que sentiros identificados y dejar volar, por unos minutos, vuestra mente.

     Un abrazo y mis mejores deseos para este 2012!