martes, 30 de agosto de 2011

Elecciones

A lo largo de la historia, el ser humano se ha preguntado cientos de veces qué es aquello que diferencia a las personas de los animales. La respuesta (muy debatida, eso sí) es la capacidad de decisión.
Las personas tenemos la capacidad de abrirnos o cerrarnos puertas. Sabemos que cerrar una puerta acarrea abrir otras, y que abrir una sola puerta puede cerrar cientos de ellas. Muchas veces nos quejamos de una vida rutinaria, pero nos da miedo cambiar y perder esa estabilidad lograda, por lo que no nos atrevemos a abrir esa puerta. O tenemos la posibilidad de compartir algo mas con esa persona tan importante, pero eso sería arriesgarse y decidimos cerrar de un portazo. Hay tantas opciones vagando en el limbo de tu vida. Sólo se detienen ante ti por un tiempo limitado, en el que tú decides si las tomas o las dejas.  
Ahora bien, hay veces en las que no hay elección. Es cuando los animales actúan por instinto y las personas por amor.


sábado, 20 de agosto de 2011

Poema

 Tiempo ha de aquel crío que ya fuí,
de los altos vuelos, 
de los besos que por juegos habitaron en mí.


Ahora, miradas son latigos de cuero,
que al son del fin,
rubia crin del que por menos voló cual trueno.

Luché por lo que siempre he querido,
yo con mi duelo,
nada nuevo bajo un decadente sol ya podrido.


Intenté confiar, pero he abandonado,
cedí alma y cuerpo,
todo lo mío para luego verme ante ti colgado.


Vuelvo a esconderme en mi cueva,
ni malo ni bueno,
en el rugoso seno de un corazón con flemas.


Pendiente de los lazos de mi cuerda,
asegurando el plomo,
la silla y mi lomo, para mandar todo a la mierda.








lunes, 15 de agosto de 2011

¿Sueñas?


¿Qué es lo que ocurre cuando una persona te cuenta que ha soñado contigo el mismo día que tú has soñado con él o ella? Pienso que quizás no deba considerarse un sueño, ya que ha existido mas allá de los límites de nuestra cabeza y ha rozado los límites de la realidad desdibujándose un poco antes de que abriéramos los ojos.
Pero no sé, a veces no me atrevo a decirle a nadie que he soñado con él o ella. Aunque puede que la otra persona realmente esté callando lo mismo y que haya sido el travieso comité de los sueños siameses el que en el momento de perder la noción de la razón, y a través de un estudio molecular de nuestros deseos, haya sintonizado, a la vez, un mismo sueño para dos personas.
Dos personas que tímidamente sueñan los que no se atreven a confesar.
Shinoflow.