miércoles, 14 de septiembre de 2011

Seguiré rompiendo lanzas a tu favor

        Falto completametamente de inspiración y ganas, pero rebosante de frustración, mis dedos dejaronse llevar por el viento para balbucear unas tenues y a la vez dolorosísimas palabras. Unas palabras descriptoras de como un latente corazón tornose de hielo en cuestión de minutos, sin mas razón que la propia, aunque por lo visto, fundamentada en sólidos pilares de hormigón. El mismo hormigón que cimienta los castillos en el aire que un día construí y por los que libre mas de cien batallas. Tal cemento, mas rico en ideas que en arcilla o caliza, resultó mas sólido que la estructura fija, de bloque, hierros y hormigón armado, que conseguimos forjar a base de confianza y hechos. Ahora veo un montón de escombros entre lo que me encuentro, rodeado de polvo, con la esperanza de volver a constriur uno mas grande y con una mano tendida hacie el horizonte. Me da la impresión de que tu recobraste el conocimiento antes que yo y te fuiste de aquella catástrofe. Yo sigo queriendo creer que lo que no nos mata nos hace mas fuertes, y mantengo una mano tendida. Con la otra, seguiré rompiendo lanzas a tu favor.