lunes, 19 de marzo de 2012

¿El poder del amor?

"Mi chico es el mejor: es guapo, listo, caballeroso... todo lo que yo quiero en un hombre". ¿Cuántas veces habré escuchado una frase así? Con muchos mas adjetivos descriptivos, todos buenos, como "es un chaval centrado", "es muy gracioso" o "me da el cariño que necesitaba". Y no sólo respecto al género masculino, nosotros somos incluso mas pijoteros con una frase bastante típica y romántica a su manera: "ella no es una guarra". Precioso.

Alguno pensará que él/ella nunca ha dicho nada así. Lo dudo. A pesar de ello guardo en la recamara una, digamos sentencia madre, que abarca a toda la humanidad a lo largo y ancho del planeta. Una expresión que todos hemos dicho o pensado, íntimamente ligada a un romance contemporáneo y por la que se deduce que es un amor de verdad: "él/ella no es como los/as demás".


De un grupo tan extenso como es los demás, se extrae un individuo de unas características únicas y que despuntan, que se cataloga aparte. ¡Qué bonito! Además, seguro que ese individuo también se ha arriesgado (aunque para él sería una clara afirmación) a decir que la otra persona también es diferente. Todo encaja en este rompecabezas que es la vida. Un ser diferente que no encuentra su hueco en esta sociedad, encuentra a otra persona en su misma situación y emprenden un romántico camino de jazmines.

Tristemente, ese camino no siempre lleva a buen puerto y mas temprano que tarde surge otra frase, muy bonita también, pero esta propiciada por el despecho, por la parte mala del corazón o por poner los pies en el suelo, quien sabe. Este eslogan me encanta: "Es como todos/as". Ahí es cuando, esa persona especial que tanto despuntaba y se diferenciaba del mero ganado que somos los que formamos el resto, pierde todo signo distintivo y vuelve al lugar del que una mente privilegiada y cegada por el amor la sacó. A su vez y como antes, la otra persona habrá exclamado (o pensado) algo muy similar, por lo que aquel tándem de amor y singularidad vuelve a su precedente estado de indiferencia y normalidad.


El poder de la mente es asombroso, ¿verdad? Aun a sabiendas de que no somos mas que un grano de arena en una playa con relación al mundo, y que tan solo somos conocedores de dos o tres granos de arena a nuestro alrededor, somos capaces de crear la idiosincrasia de un ser y alzarlo por encima de toda una generalidad.  Amor se le llama a ese superpoder, ¿os suena?

Quizá por eso el ser humano busca constantemente un estado de enamoramiento. O puede que ese sea el verdadero poder del amor, o uno de tantos que imagino que tiene. No lo sé. Lo que sabemos es lo que vemos, y en el cine nos han enseñado que el amor lo puede todo, ¿no?

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