En voz alta reconozco no querer recordar nada.
En mi corazón le guardo hasta las pestañas caídas.
Siempre que hablo de lo inerte describo mi coartada.
Aparento tranquilidad aun cuando busco salidas.
Mantengo templanza si lagrimeo de carcajadas.
Río cuando he de llorar, por ti sí santiguo mis paridas.
Dime algo que no sepa y nos iremos de escapada.
Juro no volver a meterte mano, ni al corazón, ni a la sonrisa.
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