martes, 8 de noviembre de 2011

Corazón de hielo

Todo es triste en el frío otoño. El cambio de hora y su correspondiente temprano anochecer, el mal tiempo se ha abierto paso a codazos desplazando el sol y las terrazas y las alegres caras se convierten paulatinamente en pálidas pieles cubiertas con gorros de lana y bufandas. El cambio es inexorable, y este año ha sido mas radical que otros años, ya que hasta hace un semana la manga corta seguía siendo la prenda de moda.

Esta temporada del año, que convierte la felicidad en resoplidos, nos empuja a estar en casita, con la gente que mas quieres, ya sea viendo la tele, echando un fifa, archivando sellos, o simplemente compartiendo estancia con quien mas quieras. Basta que llegue a tal conclusión para toparme de frente con el gran vacío que ostento.

La ausencia de bonitos sentimientos no es posible rellenarla con nada. Todo lo que desee se ha cumplido y ahora vomito malas sensaciones en cada bar cada fin de semana. Ya no soy sincero ni si quiera conmigo mismo, así que, ¿pretendes que lo sea contigo? Cada día que pasa me siento mas inerte, inmóvil, impasible... y me preocupa cuándo volveré a bombear sangre.


1 comentario:

  1. Pues yo adoro el invierno, el frío, y las caras pálidas. Es en ésta época cuando empiezo a respirar, y el verano el que me ahogaba.

    ResponderEliminar

Deja aquí tu comentario...