sábado, 28 de enero de 2012

En la ignorancia se vive mejor

Y tanto. A veces me encantaría ser un completo ignorante. ¿Y quién no? ¿Quién no lo ha pensado alguna vez? Dicen que los ignorantes son los más felices. Tan felices como los tontos. ¿A que más de una vez has pensado que siendo un tonto todo sería más sencillo? Yo sí.

Ojalá no hubiera sabido que me ponían los cuernos cuando me ocurrió, por ejemplo. Hubiera vivido en la inopia, pero feliz, como un tonto. Si no tuviera los conocimientos que tengo sobre economía, no sabría lo mal que está la situación económica española y afirmaría, como tanta gente que "la culpa es de los bancos que son unos ladrones".

Me encanta hablar con un ignorante, ¿no os pasa? Apreciar la sencillez de sus contestaciones, como encuentra una salida en línea recta en tu entramado de laberintos. Todo alcanza un grado de simplicidad tan complicado y   lioso que para ti, es un muro infranqueable.

Entonces, ¿quién es el ignorante? ¿Tú o él? ¿Tanto sabes tú y tan poco él? Es más, ¿tanto sabes que te postulas como no ignorante, erudito?

Sacad vuestras propias conclusiones. Un saludo.




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