jueves, 28 de agosto de 2014

Salió mal

Al final todo salió mal. Nada de lo que podía salir como lo habíamos previsto se cumplió.

Se suponía que ella debía salvarme de mi mismo. Ella tenía esa preponderancia, ese poder. De hecho, fui yo quien le dio la potestad de dictar los decretos ley de mi vida. Pero no fue así.

Yo derrumbé el sistema. Yo promoví las revueltas de mi corazón para plantarle cara a... a mí mismo. Acostarme tarde no era suficientemente rebelde. Detoné toda capacidad de resolución.

Confío más en ella que en mí, por eso confío en que todavía ejerza su poder, por muy mal que todo saliera.

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