martes, 23 de septiembre de 2014

Insomnio

Cada noche cientos de disparatadas ideas rondan mi imaginación. Irónicamente, el insomnio motiva mi capacidad para soñar. No me concentro en desconcentrarme y no me olvido de olvidar.
Al contrario, me imagino a mí mismo imaginando un paraíso. Lo hago así para caminar más ligero. Escalo por sus palabras, dialogo con su cuerpo y hago el amor con sus pensamientos. La destapo mientras duerme para ver sus bragas, mientras muerdo mi puño por no morderle a ella. Lamento mi indecisión y me decido a decidirme, pero eso ya mañana. Imagino las cosquillas que mi barba puede hacerle en la espalda al mismo tiempo que perfecciono complejos teoremas de mierda. Me distraigo con lo que sea, siempre y cuando me encuentre recogiendo los platos rotos que jamás reconoceré haber roto. No miento cuando sonrío, la sonrisa es sincera. Me río del tipo del otro lado del espejo y de su mirada de imbécil. Luego me dirán que si tengo unos ojos bonitos, que qué envidia. Recuerdo no hacerles caso por el bien de unos ojos verdaderamente bonitos. Cuando los ves los reconoces. Recordé que no debía recordarlos, aunque ya sea tarde. La cama me da miedo y no quiero volver solo. En noches como esta me desahogo a tu salud.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja aquí tu comentario...